Vengo hacia ti con las manos vacías. No tengo armas,
pero, si estoy obligado a defenderme, a defender mis principios o mi honor,
si es cuestión de vida o muerte, de derecho o de injusticia,
entonces aquí están mis armas: las manos vacías.
EN ESTOS 10 MINUTOS 11 visitantes (12 clics a subpáginas) ¡Aqui en esta página!