KEMPO-KARATE: PRINCIPIOS BÁSICOS



KEMPO-KARATE: PRINCIPIOS BÁSICOS

Al escribir el presente artículo, he querido reflejar mi propio punto de vista sobre lo que pienso que debe ser un arte marcial. O sea, creativo y personal por lo de arte y efectivo por lo de marcial.

Aunque mi intención no es la de comparar el Kempo-Karate con otros estilos, me será inevitable hacer referencias a los mismos. Debo precisar que en la actualidad poseo el cinto negro de Taekwondo y practico también Full-contact.

FUSIÓN DE IDEAS ORIENTE-OCCIDENTE

Puedo afirmar que la primera vez que vi una clase de Kempo sentí una sensación similar a la de Arquímedes cuando exclamó "Eureka!". Por fin había encontrado un sistema que dedicaba la mayor parte del entrenamiento a la defensa personal; una defensa personal simple, práctica y real, una defensa basada en la lógica.

Pero..., ¿Qué es el Kenpo? En breves palabras, el Kenpo-karate actual es el resultado de la adaptación del antiguo whu-su chino al pragmatismo norteamericano. Una fusión de ideas Oriente-Occidente. Algo así como lo que los japoneses han hecho con nuestro "modus vivendi" en su propio país. Esto quiere decir que el Kenpo-karate está constantemente evolucionando, simplemente porque los tiempos también cambian. Las circunstancias y, por lo tanto, nuestras necesidades y nuestro modo de pensar se van transformando. La vida es cambio y el Kenpo está vivo porque hasta ahora no ha dejado de evolucionar.

Este cambio genera, a su vez, en sus practicantes una amplitud de criterio que sirve de abono a este perpetuo cambio. Debo añadir que el Kenpo-karate ha conseguido fusionar efectividad y plasticidad sin renunciar a ninguna de estas dos características, lo cual para mi modo de ver es muy importante.

Pero pasemos a analizar cuáles son las características de dicho estilo. Como ya he mencionado anteriormente, el Kenpo-karate basa su efectividad en la utilización de la lógica; y, ¿cuáles son los fundamentos de esta lógica? Pues los siguientes: mínimo desgaste energético, concepto acción-reacción, enfoque multidireccional, coordinación de las técnicas, buen equilibrio, máxima relajación, energía intermitente y chequeo constante del adversario a partir del momento en que entramos en contacto con el adversario.

Como se puede ver, todas estas características están íntimamente relacionadas entre sí, dependiendo en buena medida las unas de las otras. Pasemos ahora a analizar una por una estas bases.

MÍNIMO DESGASTE ENERGÉTICO

Todo en la naturaleza tiende a obtener el máximo beneficio partiendo de una mínima utilización energética. Tenemos el ejemplo de las plantas, que fabrican la clorofila utilizando una cantidad casi ridícula de luz solar. O el caso más cercano a nuestro tema de los felinos; un león, un tigre o un gato, cuando cazan, apuran siempre el momento del asalto a su presa, de forma de evitar una persecución y un posible agotamiento que les impediría seguir cazando caso de fallar en el primer intento. Lo mismo sucede en Kenpo-karate. Hay que tener en cuenta que no todos tenemos las mismas facilidades: una persona ya madura o con un peso excesivo, o bien con trabas físicas, tiene que ajustarse a sus posibilidades y no puede pretender, o no debe, recurrir a técnicas acrobáticas, o patear alto como se hace en Taekwondo, basando su seguridad en un empleo masivo de las técnicas de piernas, incluyendo saltos, los cuales suponen un fuerte desgaste energético unido a un aumento del riesgo y a una pérdida de velocidad en la coordinación. En definitiva, demasiada inversión para un resultado hipotético.

Otro factor muy importante en la pérdida energética es el exceso de tensión, que se da en algunos estilos de karate; por ejemplo, esta tensión no sólo produce desgaste, sino también pérdida de coordinación, fundamental ésta en la ejecución de las técnicas propias al kempo.

Por último, también se pierde mucha energía en un mal enfoque direccional o angular del combate si, como sucede en algunos estilos nos limitamos a avanzar y retroceder frente al adversario, esto nos dificulta enormemente nuestra coordinación y alargará innecesariamente el enfrentamiento. Recordemos de nuevo al felino; por ejemplo, al gato que nos es más familiar: el gato sólo se tensa intermitentemente para volver a continuación a una relajación que le sirve de trampolín para una nueva y fulgurante descarga; asimismo, envuelve a su adversario, evitando estar siempre en un mismo ángulo.

ACCIÓN-REACCIÓN

El concepto acción-reacción sólo lo he oído nombrar hasta ahora dentro del entorno del kenpo y, sin embargo, es un concepto tan fundamental como lógico y simple. Como ya he mencionado anteriormente, todos estos conceptos están estrechamente relacionados entre sí y éste es básico también para el ahorro energético. Nos acorta distancias en los encadenamientos y nos proporciona mayor fuerza en los golpes, al sumar nuestra potencia de pegada a la de la reacción de nuestro adversario producida por un golpe anterior; por ejemplo, si golpeamos con puño de martillo a genitales, nuestro contrincante, instintivamente se inclina hacia delante; si encadenamos con un golpe de codo al rostro, habremos dado dos golpes efectivos en un mínimo recorrido y, por lo tanto, con gran velocidad y poco esfuerzo. Pensemos otro ejemplo: si clavamos frontalmente nuestro codo en el estómago del adversario, éste automáticamente se doblará hacia delante, lo cual nos permite encadenar de forma magnífica con golpe de puño de revés a la cabeza (sien u oreja); en este caso no habrá suma de potencia, pero sí hay velocidad y mínimo recorrido. Como se puede apreciar, el concepto acción reacción ofrece un amplísimo abanico de posibilidades.

COORDINACIÓN DE LAS TÉCNICAS

Si tuviera que definir de forma simple y llana las técnicas propias al kenpo-karate, diría así:"¡De la que vas, plás!". En la elaboración de dichas técnicas se han tenido en cuenta todos los preceptos antes citados. Nunca volverá un puño a su punto de partida tal como sucede en karate o en taekwondo, si existe la posibilidad de aprovechar este movimiento, ya sea utilizando, a continuación, el codo del mismo miembro ofensivo, o aprovechando la reacción instintiva adversa, o nuestro nuevo ángulo producido por el movimiento ofensivo anterior. Estas combinaciones propias al kenpo se deben practicar hasta la saciedad, de forma a automatizarlas: esto es lo que se llama "reflejos adquiridos o condicionados". Esto último es muy importante para lograr una efectividad real, tienen que estar interiorizados de forma que surjan como nuestros movimientos instintivos, aunque no lograremos nunca la misma velocidad de estos últimos; esto nos evitará dudar entre movimiento y movimiento y, por lo tanto, perder velocidad innecesariamente. Además, nos ayudará a evitar movimientos y ángulos innecesarios, lo cual redundará en una mayor efectividad.

ENFOQUE MULTIDIRECCIONAL Y EQUILIBRIO

El símbolo del kenpo y del patrón geométrico universal muestra perfectamente todas las posibilidades de defensa y de ataque que puede utilizar un practicante de kenpo, es la expresión más clara de que no se puede tener un solo enfoque en un enfrentamiento, sobre todo si estamos frente a varios adversarios. El estudio de estos símbolos nos ayudará de nuevo a ahorrar energía y a obtener una mayor efectividad. Esto, combinado con las técnicas, nos permite trabajar en el ángulo más propicio para nuestros fines. No me detendré en exceso en el apartado del equilibrio, por ser común a muchos estilos, aunque algunos, como el taekwondo, sacrifican de forma peligrosa este concepto tan fundamental en una verdadera situación de peligro. Las piruetas y las patadas altas van reñidas con la estabilidad.

MÁXIMA RELAJACIÓN Y ENERGÍA INTERMITENTE

La relajación nos evita desgaste y facilita nuestra estabilidad: una columna puede tambalearse y caerse por no tener capacidad de adaptación al cambio de equilibrio; un gato, en cambio, por su relajación puede variar muy rápidamente el reparto de equilibrio obligando por la situación cambiante.

No me detendré más en este apartado porque, al igual que el anterior éste también es común a distintos estilos de combate, sobre todo en los llamados estilos internos.

La energía intermitente se da en algunos, aunque escasos, estilos de combate; raros son aquéllos que ponen tal énfasis como el kenpo-karate en esta característica. La energía intermitente es una sucesión de movimientos relampagueantes de gran velocidad y coordinación. El kenpo parte de la idea de que raramente se podrá concluir un enfrentamiento con la ayuda de un solo golpe. Son demasiados los factores que inciden en un enfrentamiento real como para jugar con una sola carta; tales son las sorpresa, el nerviosismo producido por una situación inhabitual en nuestra vida, la diferencia de talla y peso y la condición física en este momento del agredido. Por lo cual es arriesgado contar únicamente con uno o dos golpes en nuestro arsenal defensivo. Ya sabemos que las técnicas que le son propias al kenpo se suelen componer de una sucesión o combinación de varios movimientos. Pero estos movimientos no pueden avanzar de forma mecánica o monótona. La energía intermitente es un sucesión de contracciones y descontracciones que recuerda las descargas de los relámpagos en una tormenta. Esto es lo que nos proporciona velocidad, contundencia y ahorro energético. La técnica de la energía intermitente es probablemente la cualidad más lenta y difícil de adquirir en la práctica del kenpo. Pero la energía intermitente, además de la efectividad que proporcionas, nos da una gran belleza en la ejecución de las combinaciones kenpo. En otras palabras, es la que da su auténtica dimensión y plasticidad al concepto kenpo-karate.

CHEQUEO

Otra característica del kenpo-karate, tan simple, tan lógica y tan imprescindible como las demás es el chequeo, un bloqueo "blando", evasivo y preventivo. No es propiamente dicho un bloqueo tal como se suele entender, pero el resultado es muy similar, aunque con distinta aplicación, para diferentes casos. El chequeo no se enfrenta violentamente al ataque, lo desvía, lo envuelve, o previene una reacción instintiva de nuestro adversario; o le impide maniobrar para contraatacar. Algo parecido a esta última característica del chequeo se da en el estilo de Kung-fú Win-Chun; se llama "chi-sao", también le llaman "Manos pegajosas"; el chequeo, por otra parte, no resta energía en su ejecución, ni crea aberturas, mientras que el bloqueo duro sí. En definitiva, el chequeo nos pone en una situación muy favorable frente al adversario.

Estos son, a mi modo de ver, los conceptos que hacen del kenpo-karate un sistema de defensa personal moderno y realista, amén de efectivo, adaptado a las posibilidades reales del practicante; evitando marginar a quienes, por su edad o sus trabas físicas, se pudieran sentir marginados y frustrados al no poder realizar las dificultosas técnicas, tales como sucede en taekwondo, estilo en el que la elasticidad, la agilidad y la juventud son factores determinantes para acceder a un nivel satisfactorio. Un practicante de kenpo puede compensar sus trabas físicas poniendo especial énfasis en las distintas facetas que este estilo le ofrece y que mejor se adaptan a sus peculiaridades, permitiéndole así desarrollar un estilo personal sin sentirse frustrado u obligado a emular a los más jóvenes o ágiles de su gimnasio.

Así es la filosofía de combate kenpo, efectividad ante todo, lo máximo por lo mínimo, desarrollo personal y creatividad constante.

 



 
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